miércoles, 22 de julio de 2009

Melvins


Cuando comencé a escuchar a los Melvins, entendí la admiración que sentía Kurt Cobain por ellos. Recuerdo lo duro, oscuro y sardónico que el “ “Bleach” de Nirvana me pareció en la primera oída y le di todo el crédito a Cobain y compañía; hoy se que el sonido de Nirvana tiene una deuda enorme con la mítica banda Buzz Osborne y Dale Crover.
Es por eso que no podía desaprovechar la oportunidad de verlos en vivo; sabía que Austin Texas( quizá Laredo) era lo mas cerca que Melvins estaría de Coahuila México, así que tome la decisión de hacer el viaje. Y valió la pena.

Miércoles 13 de Mayo.
No me hubiera dado cuenta de no ser por Emmanuel (camarada de Monterrey que además de ser punk, anarquista y vegano, tiene que talonearle en una oficina, como yo), quien me mando un correo proponiéndome lanzarnos al Chaos in Tejas 2009, un festival de punk HC que se arma en Austin. La idea no me desagrado, aun y cuando solo conocía a dos o tres bandas del extenso cartel; así que comencé a checar los datos del festival y cuando revise la pagina del bar donde se llevaría a cabo ( el EMO`s Bar), no podía creer lo que estaba viendo: Melvins tocaría ahí el próximo miércoles, aventándose todo el” Houdini” a modo de celebración de sus 25 años de existencia y con la colaboración de su primer baterista, Mike Dillard. Ah, y el boleto costaba solo $ 15 dólares. ¿Algo más? Nada más. 
Después de recuperar el aliento, le avise al gruncheto de cepa que tenia mas cercano, Johaben.

Martes 19 de Mayo.
Solo esperaba a que se terminara la maldita jornada laboral, que se había extendido hasta las 9:30 de la noche.
El plan para el miércoles era el siguiente: Johaben ya había comprado los boletos por internet, pero había que llegar al bar 2 horas antes del evento, así que tendríamos que salir de Monclova a las 8 de la mañana. Nos iríamos en su auto y Reynold ( otro camarada que se animo a ir ) manejaría en San Antonio Texas hasta la casa de Largo ( otro camarada que lleva mas de un año viviendo en la ciudad Texana). Ahí echaríamos unas chelas para calentar motor, y el Largo conduciría hasta Austin Texas que esta más o menos a una hora de San Antonio.
Acabándose el concierto, regresaríamos al departamento de Largo a dormir, para el jueves retacharnos a Monclova. Pff. Me canso solo de recordar el itinerario.Salí del trabajo y me fui directo a preparar una escueta maleta y toda la documentación que se requiere para que la oficina de migración otorgue un permiso para entrar en territorio estadounidense, y al final me fui a dormir; después de todo el viaje sería largo.
Me quede dormido oyendo el “Cry baby”.

Miércoles 20 de Mayo, 8:30 am.
La mañana fresca, la carretera sin mucho tráfico y unos taquitos que preparó mi novia nos hicieron la primer parte del viaje (de Monclova a Piedras negras) muy relajante. Comencé a sentir algo de nervios cuando llegamos a la frontera y una oficial aduanal me comenzaba a cuestionar hacia a donde iba y por cuanto tiempo, mientras me pedía mis recibos quincenales de sueldo. No hubo sobresaltos ni contratiempos; los tres recibimos nuestros respectivos permisos y nos adentramos al lado gringo.

San Antonio Tx, 3:00 pm
Después de pasar cerca de 6 horas por el road 57, viendo a los lados sembradíos verdes, pasto cuidadosamente recortado y pueblitos gabachos de esos de los que salen en las películas, llegamos a San Antonio. Afortunadamente solo anduvimos un corto tiempo por el freeway, para después doblar a la derecha y después de cerca de 12 cuadras, llegar a los departamentos donde vive el Largo. San Antonio se ve grandísimo, con mucha población chicana, pero todos te hablan en inglés. Tiendas por todos lados, carros tuneados, calles limpias.Me decepcionó un poco que el cajero de un HEB (un güero puberto y pecoso) no nos quisiera vender un 12 de Miller, pero eso no fue problema: justo enfrente de la casa de Largo hay una licorería atendida por una señora muy amable.


Austin Tx, 7 p.m.
Entre chelas, botana y plática chidita se dieron las seis; nos trepamos a la troca del Largo y partimos rumbo a Austin. Ambientados y escuchando la radio de Texas (¡Si al menos en México hubiera estaciones como las gringas!) que no discriminaba en programar a Johny Cash, Toadies, Led Zepellin o Guns n Roses, por un momento olvide que era un mexicano pisteando y cantando a pulmón abierto en un freeway rumbo a Austin.Gulp. No quiero ni pensar que hubiera pasado si por alguna razón la policía nos hubiera detenido.

Llegamos a Austin, mítica ciudad texana que es un hervidero de cultura y música, y con mapas impresos de Google Earth tardamos no mas de 15 minutos en llegar al Emo`s bar. Nos estacionamos casi enfrente y cual turistas japoneses nos tomamos la clásica foto en la entrada. Ahí me callo el veinte: ¡estaba a punto de ver a los Melvins!

Emo`s Bar, 8 p.m.
La tocada sería en el patio del bar y en la fila a la vuelta del bar había punks, metaleros, rockeros gringos viejos e incluso un padre de familia con su hijo, un güerillo de flecos dorados. ¿Grunchetos? Cero; incluso un cabrón se burlo de mi atuendo (camisa vaquera a cuadros y pantalón de mezclilla gris) diciendo: “hey, look it out! Here is Kurt Cobain in the gig! Y soltando unas risitas. ¿Mexicanos? No vi a ningún otro excepto nosotros.

Hubo una bronca en la fila entre unos skaters (al parecer por una punki de medias rotas) y la policía llego a llevárselos, pero eso no lo vimos Largo y yo, ya que andábamos echándonos una chela, jojojo.

Cuando llegamos Johaben y Reynold estaban todos culeados, pero el susto pasó rápido: se habían abierto las puertas del bar.

Emo`s Bar, 10 p.m.
“¡No mames, el escenario esta bien chirris!”, le dije a Johaben, y es que así era. Un patio techado, unas bocinotas y los infaltables Marshall; no había duda que el tokin estaría con madres. Todavía había poca gente, pero seguía llegando. Una tiendita que vendía rebanadas de pizza y la cheve a 3 dólares el bote de 16 onzas. Chíingale, ahí me eche una lanota. En un patiecito contiguo había muchos carteles de bandas que han tocado en el lugar; desde Mudhoney, pasando por las L7 y los Atomic Bitchwax hasta llegar a los Queens of the Stone Age y Turbonegro. Sentí mucha envidia por los Austinianos. Adentro del bar tocaba una bandita local cursi y suavecita, algo así como los Jonas Brothers y el Largo se daba vuelo tomándose fotos con las gringuitas. Yo solo quería que empezara el sonido cochambroso de los Melvins.

Y al fin, se hizo el ruido a las 11 pm.
El primero en salir fue Dale Crover, gordito y con pelo de fleco. Sin darme cuenta, el corazón me empezó a latir bien cabrón:¡Estaba viendo al compañero de correrías de Cobain cuando formo su proto-banda Fecal Matters!
Se colgó el bajo y casí después salió la leyenda andante; con sus inconfundibles pelos chinos (ya canosos) y un atuendo similar al de Lucas de la Familia Adams, Buzz Osborne conectó su guitarra plateada al Marshall. Tal como lo anunciaron, la batería correría a cargo de Mike Dillard. King Buzzo dijo algo en el micrófono, algo así como un:“ Buenas noches, que bueno que vinieron hijitos de la chingada”( Bueno, ¿Qué? No se mucho inglés, jojojo) y empezaron con “Hoch”, el primer tema del Houdini. ELECTRICIDAD. PODER. ¡Chin-ga-da-ma-dre, como tenía ganas de sentir eso oyendo música! El ruido grave me golpeaba la cara y bajaba hasta las tripas, mientras en un remolino de cuerpos nos apretujábamos unos con otros. Johaben y yo permanecimos con los pies pegados al suelo y los ojos fijos en el escenario, tratando de digerir la situación; mientras Reynold y Largo se escabullían entre el bullicio de los que estaban justo en medio y enfrente, brincando y lanzando gritos.
Entonces reaccione y empecé a disparar foto tras foto, pero ¡la mayoría salían movidas! Una chava tatuada que estaba justo detrás de mí me daba codazos, mientras un güey sin camisa que estaba aun lado casi me tumba la cámara. Entonces decidí dejar de tomar fotos y me uní al desmadre. Impregnándome con su sonido denso y choncho, atascado de graves, entendí por que los Melvins influenciaron a tanta gente; ¡Son energía pura! Energia negativa, electrones pasoneados, lentos, crudos, traspasando los oídos. No se que tan bueno o malo sea que mientras otros consiguen (o consiguieron) éxito y reconocimiento con un sonido que Melvins patento, King Buzzo y Cia. sigan en la oscuridad del underground(a nivel mundial, pero under al fin), fuera totalmente del mainstream dando conciertos en bares pequeños con precios accesibles y rodeados solo por sus verdaderos fans. ¡A la mierda, claro que se que eso no es bueno; es buenísimo!

El recorrido a través del Houdini proseguía mientras intercalaban canciones de su nuevo álbum; En ocasiones Dale Crover se pasaba a la traca y un bajista de pelos ondulados y gafas gruesas tomaba el bajo y entonces pareciera que Crover quería reventar los cueros a punta de baquetazos; Eso era potencia y no mamadas; En todo el setlist no hubo concesión alguna para nada que no fuera rock duro y distorsionado; los devanéos con la electrónica y la experimentación fueron dejados de lado. Para cuando le llego el turno a “Honey Bucket” aquello era un desmadre; la fuerza de los guitarrazos y los tambores como truenos inundaban todo el patio. El oleaje de cuerpos se embravecía cabrón y justo cuando el desmadre crecía, Buzz le bajaba a la mecha, como tanteándole el agua a los frijoles, y empezaba a ejecutarse una rolita mas tranquila.
De pronto, escucho los redobles como de marcha de guerra, y ¡zaz! Un flashback me vino a la memoria: esa canción la había escuchado hace como 9 años, cuando hacia mis pininos en eso de las descargas de internet y usaba el AudioGalaxy; Aunque el archivo decía solamente “melvins”, siempre dude que fuera de ellos por lo suave de la melodía. Pues ¡oh, sorpresa! Si era de Melvins; ahora se que viene en un EP que se llama Lysol, y la canción en cuestión se llama “second coming” y es muy buena; me llene de emoción y la disfrute al máximo. Después se siguieron con “The Ballad of Dwight Fry” que es un cover de Alice Cooper y es una chingonada de canción.No voy a mentir: no conozco toda la discografía de Melvins, pero eso no influyo en lo más mínimo en mi disfrute del concierto. Es mas; me atrevería a decir que el sonido Melvin en vivo es aun mas potente que en sus discos y muestra una rudeza amalgamada casi perfectamente con gruñidos que metamorfean en susurros; los penetrantes y omnipresentes graves se convierten en verdaderos mazos aplasta-cerebros, pero al mismo tiempo, la voz de Osborne cobra matices de melancolía, algo que, vuelvo a repetir, Cobain aprendió muy bien del maestro.
Tres rolas de acelere total, de un punk ruidoso de ese que se solía hacer en los noventas y después el debraye de percusiones que viene en el Houdini ( con Crover y Dillard tupiéndole con harta enjundia a los tambores, contestándose sus batacazos como si de un Pedro infante gruncheto y un Jorge negrete Stoner se tratara). Sale King Buzzo (que se habia retirado durante el jam de los trakos) y se avientan “Going Blind”. Uta madre. Rolón. Cierro los ojos. Grito. Me empujan. Sudor en la cara, en los brazos, en la nuca. Grito a pulmón abierto. Abro los ojos y un borroso mazacote de luces de colores y cabrones moviéndose lenta y cadenciosamente como zombies recién resucitados y yo moviéndome como ellos y esa música diabólicamente lenta, pesada como plomo, como cadenas, arrastrándonos a todos hacia un pozo oscuro.

Con la respiración entrecortada, escucho el jameo; es el jameo final. Buzz esta hablando; nos agradece el haber asistido; nos insta a que los borrachos no manejemos y a que todos regresemos bien a nuestras casas. Con voz afable va presentando a cada Melvin; agradece de nuevo, se descuelga la guitarra y eso es todo. Reynold, Johaben, Largo y yo, gritamos el clásico “!Otra, Otra..!” mientras los gringos se nos quedaban viendo con cara de ¿waht?; pero lo Melvins ya no salieron del backstage. Le tome unas fotos al escenario vacio, toque con mi mano el Marshall imponente de Buzz Osborne y después de tomarle una foto al Largo con una gringa peda y en brasier, emprendimos el retache a San Antonio.

Apenas me subi a la troca, mi cerebro se desconecto y cai en un sueño reparador. Mientras los demás se burlaban de mis ronquidos de león, El Largo (que iba conduciendo campechanamente bajo los efectos del alcohol) y Reynold aun traían la fiesta y entre sueños escuchaba sus carcajadas.
Llegamos al depa sin ningún contratiempo (Gracias a Dios) y mientras Reynold y el Largo aun tenían espacio para otras dos chelas, Johaben y yo nos jeteamos. 

En mis oídos, un zumbido marca Melvin persistía. 

Jueves 21 Mayo 9:00 am.
Me desperté cuando el Largo se fue a trabajar; me dio escalofríos nada más de pensar como iba a estar su día. Con un leve dolor de cabeza y la boca agria me levante del colchón y me puse a cotorrear y a ver las fotos con Johaben; Reynold se despertó y me echo carro sobre mis ronquidos de jaguar y ya empezamos a planear el día.

Después de un reconfortante regaderazo, nos salimos al centro de San Antonio. Fuimos al Álamo, donde los gringos nos partieron la madre a los mexicanos y que ahorita es un Museo; también hay como una especie de canalitos y en las orillas hay un chingo de restaurants, bares y tienditas. 

De ahí nos lanzamos a un mall y que me topo con una tienda enorme de música y dvds. Me di vuelo y conseguí material muy bueno a precios muy razonables: el NOFX Passport (reality show muy divertido del combo punk californiano) un DVD de Calexico en vivo en el Austin City Limits y el un tanto bizarro y aun mas emotivo MIROIR NOIR Neon bible Archives, que es un dvd que documenta una gira de the Arcade Fire; por mi me hubiera pasado todo el día ahí, pero seguimos recorriendo los demás changarros de primer mundo.
Para comer nos despachamos unas alitas picositas acompañados de varios tarros de refrescante cerveza clara en un restauran muy shido.
Después de recorrer unas tiendas mas del inmenso mall, nos regresamos al departamento del Largo. Reynold se quedaría el fin de semana, y Johaben y yo preparamos nuestros tiliches para retornar a Mexicolandia. El johaben andaba algo nervioso por que el nunca había manejado en San Antonio, pero la verdad es que no tenia mucho chiste para llegar hasta la carretera que nos llevaría de regreso a Eagle pass.

Al final de un viaje tranquilo y sin sobresaltos, cruzamos al lado mexicano. El sol aún no se metía y la tarde estaba fresca y media nublada. Tres horas después, llegábamos a Monclova, madreados pero con una sonrisa de satisfacción que duraría días.

La verdad, todo el viaje fue una experiencia chingonsísima; el hecho de ver  a unos mounstros andantes y experimentar su música en vivo, la música que directa e indirectamente, me ha acompañado en una gran trecho de mi vida y que me hizo ser lo que soy y pensar como pienso, y mejor aún, disfrutar esta experiencia con mis amigos,  utamadre, simplemente fue electrizante.

Melvins es un grupo sólido y compacto, pueden hacer (y lo hacen) lo que se les venga en  gana y su música ya hizo historia; solo espero que haya Melvins para rato y que continuen engrosando el soundtrack de mi perdedora vida.


Cambiando tanto...


Cambiando tanto para ser el mismo
Cambiando tanto para ser igual
Como un mutante con los ojos fijos
En un pasado que dibuje mal 


Esta carretera se vislumbra oscura
Tanta distancia no me ha de servir
Alguien ya lo dijo: “el final del trayecto,
No es lo que yo busco; es el camino en si” 

No me preguntes si mi vida vale
De todas formas no me importa más
Si estoy parado en el último risco
Y hasta un viento suave me podría tumbar 


Soy lo que pienso y créeme, no es mucho
Soy aquel homínido que enloqueció
No se si a mi alma la partió un serrucho
Guiado por la mano sangrienta de Dios 

Escucho a las sirenas de las aguas turbias
Y no se si acaso tu me harás volver
A las noches tibias, a los días sin lluvia
A perder el miedo de ser y no ser 

He cambiado tanto para ser el mismo
Para ser demonio o un ángel sin fe
Y rasgué tus sueños provocando un seísmo
Que derribó el templo tierno de tu piel 

Se que vendrán días en que nada cambie
Y tal vez entonces todo estará bien
Cuando al fin olvides mi rostro cambiante
Y yo sea una mancha borrosa en tu sien


Eso fue una posible letra de una posible canción que posiblemente no escribiré.

lunes, 20 de julio de 2009

2 peliculas

Siguiendo con algo más de cine independiente, tuve la chanza de ver dos películas interesantes; la primera no me gusto mucho, y la otra me convenció rotundamente; las dos me las encontré en Blockbuster. 

Tideland

Esta película es una pesadilla, literalmente. Hay películas de terror que se quedan cortas ante esta cinta que intenta ser un ¿drama?. La historia a grandes rasgos trata sobre una niña aislada del mundo “normal” que ve morir a su madre alcohólica de un pasón y que además prepara las jeringas de heroína para los “viajes” de su padre( un rockero venido a menos irresponsable e imbécil) y tiene por únicas amigas varias cabezas de muñecas. Y eso no es lo más espeluznante. Su padre se la lleva a vivir a una casa abandonada en medio de la nada y ahí se muere de sobredosis. La niña, ante el hecho terriblemente traumatizante de quedarse sola, se bloquea y se niega a aceptar que su padre esta muerto; así, día con día, ella habla con el cadáver amoratado y podrido de su padre, se sienta en su regazo, le espanta las moscas e intenta revitalizarlo colocándole una peluca. Vive comiendo mantequilla de maní con hormigas hasta que descubre que tiene vecinos: una mujer loca que le teme a las abejas y su hermano, un retrasado mental que cree que tiene un submarino. Y es aquí donde realmente la película roza los limites de lo enfermizo, ya que la mujer al descubrir que la niña lleva días viviendo con el cadáver de su padre, decide disecárselo para que viva(¿?) felizmente con el (¿¿¿¿????).
La niña se enamora del retrasado (¿?) y este anhela descarrilar un tren que pasa cerca de su casa(¿?), lo cual logra al final (¡!).
La película en si es una sucesión de escenas que intentan reflejar con cierto aire onírico la visión (horriblemente grotesca para el mortal común, dicho sea de paso) de una niña aislada mental y físicamente de su entorno. No sabría decir si es una buena película o no, pero si podría decir que no me gustaría verla de nuevo. Gente extraña, cadáveres disecados que son tratados como personas vivas, todo me recuerda a “ La masacre en Texas” y aun así, esta película me provocó aun mas miedo y repulsión. La verdad no es una película fácil, y en ocasiones pareciera que cada situación fue creada con el fin pretencioso de escandalizar y provocar, lo que, aparte de “afear” innecesariamente una historia que pudo ser rescatable, le resta cierto merito estético; es decir, se roza (¿se sobrepasa?) esa delgada línea que divide el arte de avanzada del mal gusto. No se; me choco la imagen de la niña abrazando a un muerto, por que no tiene la gracia de una película serie B, de bajo presupuesto.


C.R.A.Z.Y.

Esta es una película francesa y como siempre pasa, en México le pusieron el nombre terriblemente simplón de “una Familia Disfuncional”. De cualquier forma me llamo la atención la portada retro y la rente. La verdad es una historia muy bien contada; es cruda cuando tiene que serlo y emotiva cuando se amerita. En si, esta película muestra la evolución con el paso de los años, de una familia de clase media, desde la perspectiva de un niño que con el paso de tiempo se volverá homosexual y tendrá que afrontar todas las dificultades que su preferencia sexual le acarrea con sus hermanos y padres. Es imposible no encontrar rasgos con los cuales identificarse: están ahí los hermanos(cada cual con su carácter distintivo), el padre orgulloso y trabajador, la madre protectora, las navidades en familia y lo mejor es que conforme pasa la película, esta va mostrando como la perspectiva del protagonista va cambiando con el paso de los años al igual que las modas y los tiempos.
Como una radiografía sobre los problemas reales que enfrenta la gente real, y todo visto a través de un adolescente sensible y cambiante, la película retrata de manera muy efectiva la cotidianidad y los altibajos que la mayoría de las familias tienen que vivir y lo hace de una forma bastante amena.
C.R.A.Z.Y esta muy lejos de ser un película con fórmula hollywoodesca; y eso hace que deje un muy buen sabor de boca. Mención aparte merece la música, que es parte primordial de la película y matiza excelentemente cada escena y en ocasiones toma el protagonismo, como la escena en la iglesia donde todos cantan "Sympathy for the Devil" de los Rollings (simplemente genial) o cuando el protagonista hace un performance en su cuarto de una canción de David Bowie sin saber que es observado por todos sus vecinos.
Es una película 100 % recomendable, con una historia sin fisuras y hermosamente hilada a manera de hechos en orden cronológico, que nos recuerda que al final del camino, quien estará ahí contigo, solo será la gente a la que verdaderamente le importas.

Ah, y si tiene soundtrack!

Nos leemos.