jueves, 26 de agosto de 2010

Amonio

Sentado al borde del colchón,
Distingo el contorno de los muebles
Es algo extraño no hay dolor
Y de reojo veo que aun duermes
Mis pies descalzos sobre el piso,
No hay frió, esta vez
Esta mañana tiene un hechizo
O mi vicio, me jugo un revés

Con el paso lento habitual
Me escurro hasta donde el retrete,
No tengo nada que evacuar
Y el vacío me golpea de frente
De repente me siento solo,
E imploro, un día normal
Y me dio cuenta de que es tarde
Si, es algo tarde,
Para expulsar…

El amonio, de mi tracto intestinal
Amonio, que al fin decidí tomar
Amonio, dulce hiel quema mi piel
Amonio…

Corro hacia el cuarto y puedo ver
Tu cuerpo acurrucado al mío
Intento sacudirme y se,
Que yo ya no estoy dormido
Quisiera escapar a otro lado,
Pero mi estado es de shock
Quisiera regresar el tiempo,
Solo un momento,
Y escupir…

El amonio, de mi tracto intestinal
Amonio, que al fin decidí tomar
Amonio, agridulce miel y hiel
Amonio…

Así se escucha...

I-ME-YO o ¡Ay!, mi Yo

Yo tocaba en una banda de rock. De punk. De Ska. De lo que sea. Y mis canciones no eran – no son- la gran cosa.
Yo traía el pelo largo y decía “!Mierda!” y caminaba libre con flamantes tenis comprados por mis papas.
Yo me emborrachaba por las madrugadas, con amigos, en callejones y patios.
Yo Juraba por John Lennon, por Kurt, por Rockdrigo, que jamás me vendería. 
Yo me sentía poderoso con los tres tonos que me sabía en la lira.
Yo me decía agnóstico y me burlaba por igual de Cristianos cerrados y de metaleros acérrimos.
Yo sonreía franco.
Yo pensaba que moriría a los 30.
Yo era joven.
Yo pensé que nunca me divorciaría. Aun no me caso, pero ahora no lo descarto.
Yo desde que era puberto quise ser gringo, por que eso cabrones pueden trabajar 4 o 6 horas en un empleo mediocre y les sobra tiempo y dinero para tocar en un grupo de rock por las noches.
Yo gustaba de escuchar música a altas horas de la noche y con el alcohol me ponía pesado. Hoy soy un pesado de tiempo completo.
Yo no estaba pasado de moda.
Yo no estaba -no estoy- interesado en las modas.
Yo siempre he querido calzar unos Dr, Marten color vino.
Yo me enamore una vez. O dos.
Yo siempre les reprocho a mis padres no haber sido ricos. Y luego siempre me arrepiento.
Yo todavía detesto que a mi papá le gustaran los Beatles y que tuviera discos de ellos en la casa y que mis tíos fueran músicos y que yo descubriera un placer indescriptible en las melodías, por que entonces y solo entonces, hubiera tenido una oportunidad de ser feliz.
Yo soy el y tu eres yo y todos somos a la vez, mira como corren como cerdos ante un rifle, mira como vuelan,estoy llorando…
Yo no valgo madre.
Yo le hacia caras al Güisqui.
Yo tengo baja autoestima.
Yo soy la mera reata. Flácida.
Yo soy un ebrio.
Yo nunca le entendí al pinche yo-yo…
Yo tengo calor.
Yo extraño a mis amigos.
Yo soy un ebrio… ¿ya lo dije?
Yo…Yo…

sábado, 21 de agosto de 2010

Huracán

Intentaba terminar lo comenzado. No podía darme el lujo de dejarlo inconcluso, no después de una vida de de dejar las cosas a medias. Si instantes antes la visión perfecta se había presentado ante mí, la visión de la obra terminada en su totalidad; y el hermoso proceso, recreado mentalmente, paso a paso, milimétricamente, todo contenido en fracciones de segundo pero inmensa y placenteramente perpetuo en un fogonazo, todo eso en mi cabeza…Simple y sencillamente lo tenía que concluir.
“No tienes los huevos…” dijiste, y esas palabras fueron el detonante. No hubo manera de dar vuelta atrás; me volqué sobre mi creación y como generalmente sucede con las grandes obras, solo paso un instante para que de la nada brotara la idea maestra, la revelación de una y mil musas; una revolución de fuego que lo arrasaba todo, fuego por mis extremidades, extendiéndose de forma virulenta por todo mi cuerpo y justo cuando todo encajó al fin en su lugar, el tiempo se detuvo: Rodajas de memoria se agolparon con fuerza; rodajas de recuerdos, de días, de noches y mañanas, pequeños flashazos de otros tiempos, de otras horas, de sonrisas, de guiños. Y reconocí el lienzo; un lienzo dispuesto. Y ya no hubo mas recuerdos y el tiempo se descongeló con el calor de mis manos, y si hubiera podido distinguir mi rostro en tus pupilas, hubiera podido ver una sonrisa de placer, de éxtasis, y eso era apenas un gesto borroso de mi alma, apenas un murmullo que hacia eco del griterío desordenado de mi interior.
Entre manotazos y cabellos revueltos, vi la blancura tornase en rosa, luego en rojo y finalmente en manchones violáceos.
Una gota de sudor se escurrió desde mi frente cayendo en tu rostro inmóvil, devolviéndole el sonido al cuarto -hasta ese momento mudo espectador de mi creación- y entonces desde la televisión escuche a un reportero capitalino hablar acartonadamente sobre la gente del norte del país que lo perdió todo por el huracán Alex.
Y recordé que hacia tiempo había escuchado en algún lado que el artista sabe -intuye-, cuando su obra ha sido terminada; sin embargo, yo continué apretando un largo rato.

Y apretaba, y apretaba, y apretaba…


*Dedicado a Las Madrastras, camaradas y gran BANDOTA Coahuilense con la cual roló el Estorbo hace ya algunos añejos en la gira Machacado al estilo Coahuila, en especial al Julián Herbert, que si le intelíge a eso de armar enunciados coherentes, no como uno…


jueves, 12 de agosto de 2010

¡Que buen Chufle carnal, que buen Chufle!

El primero en llegar fue Lora; traía unas caguamas bien heladas y venia con el charly haptvogrf –sepa-que-madres y el Ernesto de León; Chacoteros, y albureros como ellos solos, iniciaron la tardeada con una contundencia rocanrolera que ya quisieran pa’ un domingo muchas banditas actuales, de esas autollamadas “indis”. Tan clavado estaba en la macicez de las tres almas pasoneadas, que no me di cuenta que el Rockdrigo ya estaba recargado en una esquina, viendo con una sonrisa de complicidad el desmadrito del pelos chinos y compañía. 

Al grito de ¡zaz!, el profeta del nopal empezó a refinarse himno tras himno del universo rupestre, con su clásica guitarra de palo madreada. Mientras el Rockdrogo le daba sendos tragos a la caguama, que se van apersonando los DirtBombs con todo y sus dos tracas ponedoras y que le tupen a su “underdog” poniendo a brincar a todo el personal y ¡tómala! que atrasito ya estaban los Queens of the Stone Age, con todo y Mark Lanegan y Dave Grohl en chores (no shorts, esos son de fresas) y sin playera, todos con las jetas trabadas y las pupilas temblorosas y que se rifan con “ A song for the dead”, ¡Uta, Madres! El cuarto valió madres; todos pataleábamos y brincábamos como gallinas despescuezadas mientras el Rockdrigo acertó a decir ochenteramente:” tssss, ¡Que acelere se cargan estos green-gos, carnal!”.
La fiesta estaba en su apogeo y llegaron los Eskorbuto que, como buenos punks, se ganaron varias rechiflas (mías no) al tocar hasta la madre de pedos “Cerebros Destruidos”, cosa que les vino valiendo pitos; pero cuando se aventaron “Rogad a Dios por los muertos” e “Historia Triste”, hasta los flemáticos de Muse (que instantes antes ya nos habían recetado “Plug in baby”) brincaban y escupían pa’ arriba. Los recién llegados Botellita de jerez, se acercaron a saludar a Iosu, Juanma y Paco y entre eructos y pedos, que se rifan con “La Malinche” con toda la bola de cabrones coreando esa bonita parte de la rola que poéticamente reza: “!TODO LO NACO ES CHIDO!

Eran apenas las 10 de la noche y la casa ya era un hervidero de freaks, greñudos y borrachos; Janis fue la primer morra en llegar y no venia sola: un Jack Daniel’s a medias la acompañaba mientras nos hipnotizaba a todos con “Summertime”; despuecito cayeron en montón Las ultrasónicas (con caguama en mano y rifándose con “Vente en mi boca” y “ñero”), las Bangs con su “burnout” y los Pixies que venían cotorreando con los Niños Mutantes. De pronto escucho unas voces y carcajadas hartas conocidas, volteo y y que son mis carnales estorbosos: el pablo, el tako, ruko, rojo y el trusko! ¡Qué pinche gustazo verlos! y que nos aventamos “Jevi Motos” , pa` no desentonar con el desmadrito; para mi sorpresa la banda bailaba y festejaba nuestro ruido desafinado y mis aullidos de perro atropellado. Se siguió Calamaro con su “ Flaca” y despuesito Elliott Smith con algo del Roman candle. En ese punto de guitarras acústicas y rolas introspectivas, se me acercan Josh Homme y la Jenny bombo pa’ pedirme las llaves del carro, quesque ya habían pasado la gorra y que iban a comprar más bironga y otras cosillas. Les digo: “no mamen! Ustedes ni conocen Monclova! Que los lleve Trusko y por fa, localícenme al güero de Seattle; díganle que esta chido el cotorreo, ¡que se eche el voltion junto con Krist!”.

-¡Mmmta ma…! Ni pedo, ya nos pusieron chaperón güero- fue lo que dijo la Jenny carcajeando.

Y apenitas se fue el trío de viciosos por más cheve y que llega la ¿Real- Esa?, ¿la ralea- esa?, ¿la ría-ilesa? Neeeeel, LA REALEZA, así con mayúsculas y en letras multicolores de acido alucinógeno: ¡LOS BEATLES cabrones! Y aunque no traían sus trajes pastelosos del sargent Dr. Peper, sino mas bien sus trapos jipi-chamagosos de la etapa Let it Be, toda la raza se quedo boquiabierta, en un mutis-asombrado-azorrillado-Ay-Can-Biliv-et. Todos excepto los ya mencionados Eskorbutos, que junto con ALi Gua Gua, estaban entretenidísimos jugando a ver quien llegaba más lejos los gargajos.

-¿Por qué el asombro Banda? ¿Acaso os no sabéis que los Cuatro omnipotentes nunca faltan a mis pachangas-pedas-dionisiacas?-Espete parado en un sillón de la sala, con acentito mesiánico. Dicho esto, todos soltaron un alarido ultra-fanaticoso y que se arrancan the Bitols (con acento ingles, off course) con “I want you ( she’s so heavy)”. No,no,no,no,no…Pachequez efectiva y densa; hasta los más punkis cerraban los ojitos y movían la cabeza con las notas sico-apocalípticas del tema en cuestión. Al final de la rola no se hicieron esperar los gritos de “¡otra, otra!” y que se arrancan con “Helter Skelter”; y fue como si una aplanadora de fuzz nos pasara a todos por encima. 

- !No mames bro, eso es Stoner!, dijo un guey de los Nébula, que acababan de llegar.

- “Nel pastel, eso es choncho y grasoso grunge carnal” replico Mark Lanegan con su característica voz aguardentosa de tanto whisky.

-No cabrones, eso es stoner, grunge, proto-metal y rock a secas, todo al mismo tiempo; ¿Qué no lo ven? Son los foquing Bitles!, !Los amos y señores del universo sónico, cuyo evangelio sonoro-popero resplandecerá por los siglos de los siglos rockeriles, amén! Remato un Ozzy Ousborne joven y que, sorprendentemente, no tartamudeaba. Por un instante los tres se vieron a los ojos con cara de: “¿De qué chingaos estábamos hablando? “, para luego soltar una sonora carcajada al unísono y chocar sus respectivos vasos de güisqui pelón, caguama Pacifico cachonda y copa de cristal con sangre de murciégalo con rabia.

Los Beatles todavía se aventaron “I am the walrus”, “ A day in the life” ( esta a petición de su servilleta, que no dejaba de gritar como morrita de los 60’s) y pa’ recordar sus pasoneadas en Hamburgo, “ I wana be your man”, que les salió cuasi punketa de lo anfetamínico que andaba el Ringo.

Después de eso, John Lennon, con Yoko pegada como sanguijuela, se fue a una esquinita del cuarto y amenamente se puso a cotorrear con la raza sobre la desigualdad social y la paz mundial, mientras se despachaba una botellofona de champagne de la más finolis.
Durante un rato, solo se escucho el murmullo y las risotadas esporádicas de los asistentes a tan amena reunión, pero nanay de música.“¿Por qué ya nadie toca?”, pensé para mis cavernosos adentros; y yo solo me auto conteste: ¡Pos claro; nadie quiere seguir después de los Beatles! 
En eso veo por la ventana que cuatro enchaquetados de cuero se están brincando la barda de la casa; ¿Serán? Si..No…¿Si? ¡Si!
¡Son Los RAMONES! Me les acerco y con la emoción saltandome en el pecho en pelo les digo:

-¡que chingon que se dejaron caer!, pero ¿Por qué se brincan la barda? El portón está abierto.

-Es la costumbre camarada, la costumbre…-Me respondió el Marky con el pelo de cazuela llegándole a sus oclayos de loco.

Dicho esto, que agarran los instrumentos y al ya clásico grito de guerra GUAN-TU-TRI-FOR (¿ o fue acaso un: ¡CUAN-TO-GRI-FO!?) Que se desata la más primitiva y acelerada distorsión de la noche. Los Ramones tocaron por casi 10 minutos y si hubieran tocado 1 minuto y medio más, se habrían aventado toda su discografía.
Después de eso los Oi-Skall-Mates rifaron sido con su “69”, y luego los Meser Chups pusieron en buen punto la pachanga con su lounge-horror-surfero.
En eso llegaron Trusko, Homme y Jenny Bombo con el nuevo cargamento de cartones de chelas heladitas, mezcalitos al por mayor y como 12 botellas de güisqui barato. El pachangón seguía su curso: Ora El Otro Yo amenizaba con su Traka-Traka, Ora Diamanda Galas nos ponía los pelitos de punta; Los Credence se aventaban “I put a spell on you” y “rambla tamble” y luego R.L. Burnside nos recetaba unos de los blueses mas cabrones jamás creados.

Cabrito Vudu,Los Natas, kultur Shock, The jayhawks, Disidente, Jackpot, los Sonics, Dead kennedys, el Haragan, la ELO, NOFX, Little Joy, los Cramps,Robert Johnson, Black Flag, Sonic Youth,Karma to Burn, James Brown, The Fuzztones, Radiohead, todos se rolaban los instrumentos; bueno, hasta Maria Dolores pradera se rifo chido con “La flor de la Canela”.

De repente, justo cuando Arcade Fire comenzaba con “No cars Go”, me percato de que hay un bulto sentado en la banqueta de enfrente. Cruzando entre el gentío y con dos cheves indio en la mano, me dirijo hacia la figura y distingo sus pelos güeros. Lo sabía. Me siento a su lado, y le doy una bironga. Ahí estuvimos un rato, sin decir nada, solo escuchando la música.

-Esta shido el desmadre, no?- Me anime al fin a decirle.

-Traen buen pedo esos vatos; su música tiene alma…-Me dijo muy quedito con la barbilla recargada en su mano izquierda, y después le dio un trago a la indio, con la vista fija en ningún lado, escuchando atento la música de los Arcade Fire.

-¿No quieres ir adentro? Hay un buen de camaradas a los que les gustaría mucho saludarte…

-No, no quiero aguadar la fiesta. Mejor aquí me quedo. Gracias de todas formas…- Respondió con un intento de sonrisa.

Arcade Fire había terminado de tocar “Neighborhood #1” y entre los aplausos y los gritos, fue Christian Aldana quien entrecerrando los ojos se percato de con quien estaba platicando; se le acerco a Maria Fernanda, Marifer fue y le dijo a kim Deal, Kim a Lee Ranaldo y de repente vimos como toda la banda de la fiesta estaba muy atenta viendo hacia donde estábamos mi acompañante y yo.

-pinches fisgones-refunfuño el muy cabrón.

-Esta no es una fiesta cualquiera; no sabes de lo que te estás perdiendo- le dije en tono conciliador.

Entonces volteo y por primera vez le vi los ojos; unos pinches ojos azules que decían más que sus palabras, por muy gay que se lea. Se rió y dijo:

-Ok güey, vamos.

Caminamos hacia la casa y todos nos veían en medio de un silencio algo incomodo. Antes de cruzar la puerta, los Aldana ya estaban colgados del suéter verde del Cobayas, moqueando y llorando, apretándolo como si se les fuera a evaporar en las mismas manos. Sin poderme contener, hice lo mismo y uno a uno, la concurrencia se fue uniendo a aquel abrazo grupal de rockeros sentimentales, como en escena dramática de película gringa chafa. Fue entonces que el mismo KurCo dijo:

-¡Ya, no mamen! Se trata de hacer ruido, ¿no?, ¡Pues a chingar bocinas!

Todos gritamos y aullamos como preparatorianos noventeros, y de pronto Cobain ya estaba colgándose su Jazzmaster barítono acompañado por el Grohl en la traca y krist en el bajo (¿a qué chingadas horas llego el Chris?) y zumbale: “Negative creep”; un slam que abarcaba la sala, dos recamaras, la cocina, el baño y la mitad del patio se desato como huracán endemoniado. Le siguieron con “milk it” y después “aneurysm” y cuando Kurt vio el desmadrito que había (fue Jello Biafra el que tiro la tele al suelo), desacelero un poco la cosa aventándose con lira acústica “Where did you sleep last night?” junto con Lanegan y bajo la miradas atentas de RL Burnside y de Robert Johnson. “Así que esto es lo que desatamos, eh?…” debió pensar Mr. Johnson. Y eso que no llego ninguna banda de Emo-Death-Porno-Core.

Sudando y con una sonrisa de oreja a oreja, Kurt se acerco a saludar efusivamente a Lennon y a Joey Ramone, que se destornillaban de risa con las pendejadas y chistes de Fat Mike,el Hefe y Henry Rollins y ahí se quedo un ratote, carcajeando con los demás, sintiéndose ( al fin) aceptado entre su propia tribu.

Ya como a las tres y media, bastante pedo y con guácara en la chamarra de cuero con estoperoles, llego Tim Armstrong con los demás Rancid. Empezaron con “Maxwell Murder”, pegada con “time Bomb”, luego con “ Black & blue” y todo iba bien, pero a mitad de “1998” el Tim azoto la guitarra contra el suelo y se le lanzo al pescuezo del grandulón de Josh Hommes; Lars Frederiksen también arrumbo la lira y se lió a chingadazos con Oliveri, y lo que hasta el momento había sido una velada con saldo blanco, se convirtió en tremendo zafarrancho de todos contra todos con pastelazos y agua de riñón incluidos. Chales,y todo por unos cochinos calzones rosas holanudos.

Minutos después Las reinas y los rancios ya habían sido tranquilizados, pero tambien  gran parte de la banda ya había emprendido la graciosa huida ante el temor de un inminente arribo de los siempre amables y educadísimos antimotines monclovenses. Los Beatles, salieron por la ventana del baño, los blueseros se fueron a la cantina más cercana a seguir pisteando con los Cadetes de Linares, y así como casi siempre pasa, me quede solo, ebrio y con la casa volteada patas pa arriba, entre latas de cheve, vidrios quebrados y fluidos de dudosa procedencia regados por el suelo.

¿Solo? Miento con todos los dientos. Ahí estaban Arturo Meza y Otis Redding (el eterno Otis Redding) viéndome con una sonrisa en los labios mientras intentaba inútilmente ponerme en pie. Escuche “ Madre”, “Si tuviera un corazón” y “Don Guiñapo”, y sentia como se me estrujaba el alma; intente seguir la tonada, con los ojos vidriosos, pero estaba muy muy pedo. Después escuche como Otis el Grande se aventaba aquel soul rompemadres “A change is gonna come” y las trompeta salían de no sé donde, y esa guitarra con trémulo y la VOZ, la tremenda voz del señor Redding llenándolo todo en el universo y una melancolía cabrona me empezó a recorrer todo el cuerpo y entonces comencé a llorar como un niño abandonado en el tutelar de menores, con tosferina, en plena navidad y sin zapatos; y me empine la botella de Passport (to hell) y a borbotones quería inundarme toditita la conciencia con alcohol y esa música toca-fibras.

Y Otis seguía despachándome esas enormes baladas soul en crechendo con trompetas del apocalipsis: “ole man trouble”, ”I’ve loving you too long” , “pain in my heart” “you don’t miss your wáter”, hasta que el maestro Meza se compadeció de mi maltrecha alma y tocándole quedamente el hombro al morenazo, le dijo: “creo que ya bebió más de la cuenta”.

Entonces entre los dos, como mis perros guardianes, me tomaron de los hombros y de a cuervito me llevaron hasta la cama llena de virutas de Doritos nachos y almohadas babeadas. Alcance a escuchar, ya como en un sueño retacado de eco, el ya clásico silbidito del final de “ sitting on the dock of the bay” que se desvanecía lentamente, hasta que no quedo sobre el ambiente ni un solo ruido, ni un solo acorde; solo nada, oscura y silenciosa nada.

No se cuantas horas después abrí lo ojos lagañosos y pude ver el cable de los audífonos y el ipod con la batería descargada sobre mi panza atiborrada de piquetes de zancudos.

-¡que buen shuffle!- pensé con una sonrisa en los labios, todavía medio pedo. 

Sobra decir que me levante a abrir otra cerveza para cerrarle el paso a la cruda.