miércoles, 14 de enero de 2015

Un 69 de Agosto

¡Ay babita espesa!, precursora de la vomitada intermitentemente de  un tamal de puerco asedado.
Babita biliosa que escurre por la chamarra con botoncitos y estoperoles.
¡Ay bajón mal pedo! Clonazepantrocachondedeándoseachitara… ¡tonder-tonder-tonder-tonderCATS!!
Las patas frías y hediondas metidas en los tenis combers de botita, muy acá, quesque muy rocker.
¡Ay santa tarántula de los tompiates! ¡No se me quita, no se me quita!
La caguama resbaló, y en el suelo se estrelló; y era una Victoriana Huerta, traidora la cabrona.
Porque antes que Eminem y  Tupac  estaban Gerardo y Caló.
Tendrían que ser ratas porque aquí no hay marmotas, pensó o dijo, interrumpiendo la bonita velada.
Ma me mi mo mu pa pe pi po pu no bailes del caballito que te voy a regañar…
¿Ton´s que? ¿Amarras o te pandeas? Tira a león, ñero…
Te digo que tiene un ojo turnio, así como que se le va pa´ un lado…si, pero canta bien bonito. Y no supo decir si hablaba del Tom Yorcs o de un güey de la Nacademia.
Hagamos un tributo. Uno mamalón. A Moderatto.
¿Ya te venistes( así, con doble “s”)? Dijo que sí, pero era orina tibia humedeciendo la entrepierna…
Amor, ardiente amor, con tu rueda de fuego, dame tu calor…porque en mi fervorosa y precalenturienta niñez-noñez, antes que Johnny Cash estuvo Mingo Saldivar…
¡Ay San Rodrigo! ¿Por qué tú y no Alex? ¡Ay San Lorita! Me refería a Alex Sintek!
¿De parte de quién? De Munra, el inmortal…porque antes de los Ángeles azules estaba La Tropa Colombiana.
Como zombi trasnochado que se salió de una película del Santo contra toda la monstruada, buscó refugio  y calorcito maternal con los perros sarnosos, justo ahí, debajo de las escaleras de la presidencia municipal, donde los antimotines suelen echar sus miadas; y durmióse y cuando sus choya entró en la fase REM-EVERYBODYHURTSLOSINGMYRELIGION y sus oclayos se movían bajo sus parpados pintarrajeados de negro a la onda darks, las 26 neuronas buenas que le quedaban hicieron sinapsis. Y entons empezó a la sueñe y sueñe; pesadillas lovercrafianas, necronomiconas y dantescas, pura basura de cine serie B; pero justo al final, cuando el sol-RA comenzaba a asomarse por los cerros pelones, su conciencia apiadóse  de él e imachin-ol-te-pipol un Coahuila de Zaragoza shido, sin políticos transas ni narco violencia, donde la música de banda era solo un mal recuerdo, y el vecino ruidoso que todos tenemos  se refina a Pink Floyd mientras lava su carro; un municipio con tocadas bien organizadas donde las bandas locales -Oh my gosh, se me salen las de San Pedro- ¡NO TOCAN COVERS! Y los tiras solo llegan hasta que se acaba el evento y solo para transportar amablemente en sus patrullas a l@s rocker@s que se le pasaron las copas o los toques, hasta las puertas de sus casas, para que no pasen frío, para que no preocupen a sus padres, pa´ que no los regañen sus viej@s…
Pero la fantasía animada se diluyo en cuanto saboreo su baba ácida y pestilente con pedacitos de nixtamal podridos.
Y cuando despertó…el pueblo de mierda donde vivía, seguía ahí. Pero al menos el efecto clon ya se había ido.


Porque el Armiados Güeva Vil es el túnel cavernoso, chicloso,maloliente, peludo y clitorital, por el que se pasa para llegar al taberna-culo, al mero mero santo grial; que no es más que una caguama, azorrillada y caliente, cuyo pico tiene las babas del grande-glande, el que le puso lengua ladina al rock de estos lares, el maese Parménides García Saldaña, la chiche de la que hoy mamo.