lunes, 3 de diciembre de 2007

Tiempo

No me veras por que tu tiempo no es mi tiempo.
Cuando sales a la calle con la vida a cuestas, yo duermo en la más miserable (para ti) de las autocomplacencias.
Cuando te esmeras en conseguir todos tus juguetes dadores de estatus que te convierten en el hombre simio de los guijarros más bonitos, yo sobrevivo soñando las cosas que te repugnan.
No seré yo quien te juzgue, bastante tienes con los juicios de tus jefes, amigos, familia y compañeros.
Cuando atiborras tu cabeza con todos esos datos importantes, yo me revuelco en la inmundicia (para ti) de lo pueril.
Aceleradamente, dedicadamente, responsablemente, inteligentemente, jamás tienes tiempo para ser. Yo ya no soy, pero me siento mas vivo.
Me he tomado el tiempo; ese que a ti te rinde tan poco. Me he dejado caer de bruces al vacío, ese que tanto miedo te causa y que ironicamente llena tu vida.
Tal vez me arrepienta. Tal vez tengas razón. Pero creo que para ser una cobaya tome algo de valor.

Hasta luego luces artificiales y agua en conitos de papel.

Hasta luego días que no son días.

Hasta luego yo acobardado.

Hasta nunca, ojalá.

1 comentario:

Anónimo dijo...

ya no trabaje compa