sábado, 22 de diciembre de 2012

Vic Chesnutt


Con la majestuosidad de un cuervo  en vuelo, el tornasol azuloso negrusco reflejando la luz, mientras describe líneas invisibles  en el derrumbe de la tarde.

Con el susurro apenas audible del tiempo rasgándonos la espalda. El enojo rompiendo las cuerdas, los cueros y las almas, explotando en oscura armonía.

Con la paz que se vierte a cuentagotas, aromática pero tan breve.

Con la austeridad de un espíritu hastiado, pero renuente a abandonar la magia difusa que crean las melodías.

Con la voz rasposa que pareciera haber robado el fuego de los cielos, por que traspasa el cartílago y no deja nada en pie.

Con el tipo que  hermana la pena y el gozo y nos las sirve, humeante.

Con un llanto sereno y una angustia apaciguada a punta de canciones.

Con eso me tope al escuchar a  Vic Chesnutt.

Irónico que lo descubriera en estas fechas, 3 años después de su suicidio.
Triste que sintiera la necesidad de irse.
Triste que  aun sea tan poca la gente que valore  y disfrute su música. ¿Como es posible que música tan sublime permanezca, aun en estos tiempos, en el underground?

Contrario a lo que pensaras Vic, nunca fuiste un cobarde
Los verdaderos cobardes lo sabemos.




2 comentarios:

Unknown dijo...


he escuchado algo de Vic. muy bueno. tendras musica de el Carlangas? Salludos lokoo

flaco

ordinario dijo...

Que onda Flaco! he estado escuchando recurrentemente el "North Star Deseter" del maestrazo Chesnutt. Una lastima su perdida.
Aki andamos Edgar, no sabes cuantas ganas tengo de cotorrear con los Forca al calor de unos alcoholes.

Saludos bro.