miércoles, 5 de noviembre de 2014

Sombras alargadas

La tarde se disipa entre sombras alargadas y el ulular de una sirena de ambulancia.
El ruido de los autos rebota en las paredes viejas del centro y cada vez más gente le rehuye; Lo bloquea con audífonos conectados  a sus teléfonos. Aislados del barullo cotidiano, inmersos cada quien en su realidad sonora, se mueven por los vericuetos laberínticos de la pútrida ciudad.
Lo que antes era un recurso del melómano empedernido, la imagen poética del solitario apestado, el rebelde meditabundo, se vulgarizó hasta rozar los  límites del mal gusto.
Algunos le pintan cara de cumbia vallenata. A un vato se le escurre un reguetón por la pierna derecha. Here Comes The Cracken al final de un camión de la Progreso. Escapar del –tercer- mundo, montados en ondas sonoras; escapar del tiroteo entre  GATES y sicarios, escapar del jefe abusón, de gobernadores corruptos. Escapar.
Pequeñas pantallas fulgurantes controlan los pulgares, las neuronas. Cada uno se sumerge en imágenes y sonidos y hasta habrá quien le da un “me gusta” a la foto de un atardecer de sombras alargadas.
Pareciera que ya no es suficiente la realidad de nuestro entorno.

Nadie se ve al rostro, como si les asustara ver al demonio en el prójimo. El mundo ha mutado en uno de cabezas gachas, con personas tan comunicadas e inconexas a la vez, que ya solo sus sombras alargadas en el asfalto son las que se tocan.

1 comentario:

Anónimo dijo...

https://www.youtube.com/watch?v=akS16qwHOWo