La duda nos estaba carcomiendo
desde hace años: ¿De dónde broto tanto pinche hipster como si de una plaga bíblica se tratara? ¿Fue tal
vez un severo caso de generación
espontánea? ¿Nos mintieron nuestros
confiables libros de Ciencias Naturales de la SEP?
El hecho es que estos entes
que ahora pululan hasta en las rancherías más recónditas de nuestro país,
tuvieron su inicio –Según nuestra fuente
anti anunaki y viajera del tiempo- en un experimento llevado a cabo por
la elite reptiliana de esta bananera nación. El maléfico programa conocido en
las esferas secretas como HIPACHES (una mezcla de los vocablos “hipster” y “huaraches”) buscaba la creación,
por medio de tecnología alienígena ancestral (¡off course!), de rockers pretenciosos y sobrevalorados que le dieran
más en la madre al de por sí ya maltratado rockcito nacional. Y lo lograron.
Por el momento no podemos
revelar más, pero he aquí los borradores de la creación de los cuatro primeros
prototipos, fruto de este maquiavélico
plan que con éxito rotundo logró
que miles y miles de chamacos imitaran a
estos engendros del mal. ¡Ay nanita!
LEON LARREGUI (Leonis
Larriegocuandomecoloco)
Resultado de todos los excesos
del frontman de La Polla Records, mezclado con el mal genio de Gargamel y la freses insoportable de Diego
Luna, León intenta ocupar el gran hueco (¿neta?) que dejo San
Saulito Hernández una vez metamorfeado a Jaguar. La táctica es simple: Lírica
barata basada en anémonas de luz y vías lácteas.
CHETES (Norteñus Bitlescus)
Conformado con retazos de la
greña de Kurt cobain, apenas una pizca de la mirada melancólica de John Belushi
y los cachetes de marrana flaca (El Chavo dixit) de Don Carlos Villagran, este prototipo va por la vida
queriendo ser John Lennon o Paul McCartney o ya de perdido Ringo. La afición
por los bitols le nació después de escuchar un disco de éxitos del fab four en
versión mariachi.
LO BLONDO (En serio, así hace llamar)
Que no os engañe su
carita compungida, como de “me duele la
panza” a lo Betty la fea; sus gorgoritos
y su pedante imagen de
catedrática son mortales. Si bien los “ingenieros” intentaron rebajar su pesadez
con unas gotitas de Bombón, la tierna chica superpoderosa, al final prevaleció
el gen de Soraya, la malvada villana
interpretada por Itatí Cantoral en aquel culebrón llamado María la del Barrio. De la música mejor
no hablamos.
JUAN CIREROL (Junkie Ca$$$$h)
El más nuevo espécimen calza botas, chupa guamas, trae perico y ¡tururú! Se rumora que, como el chupacabras, fue un
experimento fallido pues dicho personaje se rehusó a entrarle al cotorreo de
las baladitas blandengues y pop sin chiste y decantó por el country y las
norteñas.
Pelangochón
y hacedor de rimas tan fáciles como prostitutas de tugurio de mala muerte, sus
doce cuerdas cautivan a condechis y arrabaleros por igual. Sin una vestimenta
hipsterosa, con una tendencia al punk y con un lenguaje pachecamente florido, por mucho, es el menos peor de los
cuatro. ¡Ajúa!
Reportó, para la inmensa soledad de este blog, un güey sin quehacer.