¿Cómo tomar algo ya de por si
perfectamente estructurado y convertirlo en algo nuevo, hermoso y con identidad
propia? Pocos tienen la respuesta, pero eso es precisamente lo que hacen Los
Campos Magnéticos, agrupación argentina
que nos hace repensar en el sentido de las palabras “tributo” y “cover”.
Nacho Rodríguez, Alvy Singer y
Sebastián Rubin tenían ya sus propias bandas, pero fue el gusto y la admiración por The Magnetic
Fields –Banda neoyorkina de culto entre los círculos indies- lo que los
hizo coincidir para darle forma a una agrupación cuya intención era rendir
algún tipo de tributo y al mismo tiempo difundir la música de los mencionados
Magnetics Fields, pero la cosa fue más allá, mucho más allá; tan es así, que
existen ya dos álbumes que guardan registro de este experimento sonoro.
Y es que lo que hacen Alvy,
Nacho y Rubin no es una burda traducción, tampoco un giro de tuerca a las composiciones
exquisitas de Stephin Merrit (líder, compositor y cantante de The Magnetic
Fields); Los Campos Magnéticos logran lo más difícil: Hacen suyos estos temas,
los adoptan y moldean para darles un
nuevo aire de pertenencia castellana, arropados con una instrumentación sobria
y sencilla en apariencia y que, precisamente por eso, roza lo sublime.
Al interpretar, lo que realmente
logran es una reinvención de los temas originales, y al mismo tiempo reafirman
el sentido universal (¿pop?) de las canciones de amor.
Es por eso que escuchar a
estos Campos Magnéticos es una experiencia gozosa, de sabor agridulce y con un
dejo nostálgico; uno termina perdiéndose en los vericuetos de la memoria,
acordándose de los amigos de la preparatoria o de aquella chica que nos rompió
el corazón, como si estas canciones hubieran estado desde siempre en esos
momentos, resonándonos en la cabeza.
Muy lejos del tributo y a años
luz del cover, Alvy, Nacho y Rubin crean y recrean (basta ver los videos de sus
directos en youtube para darse cuenta que se divierten como niños) una
atmosfera bohemia, llena de armonías
elegantes y melodías que parecerían brincar sobre charcos de lluvia en tardes
nubladas.
Porque a las canciones hay que
quererlas, y se nota que estos muchachos se enamoraron locamente de estos
temas, empeñando el alma al tocarlas; creo que es por eso que suenan tan
directas, tan descaradamente honestas y frescas. Igualmente destacable es la colaboración
en varios temas de la cantante Eugenia Brusa, cuya voz pasa de una atenuada melancolía
(escúchese la simplemente hermosa “Volve
de San Francisco”) a una tonada juguetona.
¿Y entonces qué hacer? Rendirse y aceptar estas canciones como los himnos que son, dándoles un lugar privilegiado en el soundtrack de nuestra vida.
Pero como en la música todo es
subjetivo, habrá detractores de estos
reinventores argentinos; por lo general
acérrimos listillos “indis” que juraran que esta música es una afrenta
contra la creatividad del Señor Merrit y demás , pero, como digo, todo es cuestión de
puntos de vista.
Para mí, Los Campos Magnéticos
son una banda magnifica, como pocas.
Lograron sintetizar en un
puñado de canciones la belleza y la grandeza
de las composiciones de The Magnetic Fields, dándole un poco de
luminosidad al genio un tanto oscuro y
cavernoso de Stephin Merrit; al mismo tiempo, me acercaron a una banda a la que
probablemente hubiera pasado por alto, pero
lo más importante: Crearon un disco clásico (el deliciosamente breve
“Alvy, Nacho y Rubin interpretan a los Campos magnéticos Vol. 1”) , de esos que
se oyen de principio a fin sin que el hartazgo asome las narices; con canciones
que ya eran imperecederas, pero que al coserles lengua de castilla, toman otra
proporción, más cercana y personal.
Ojala y Los Campos Magnéticos
hicieran una gira por México… ¡ah, sueños guajiros!
En estos tiempos de sonidos
huecos, de bandas de carcasa y sin pizca de alma, de refritos y colaboraciones oportunistas, toparse con una
agrupación como estos Campos Magnéticos es simplemente una bocanada de aire
fresco.
Si no me crees, lánzate a su Bandcamp, destapa una cerveza, dale play y hazte fan.
2 comentarios:
Chido carlos, me gustan mucho tus entradas la verdad que eres todo un filosofo bohemio ajay, nos gustaría verte de nuevo en "aczion" en Monclova, saludines ;)
Que tal Salvador,
Un gusto que te latan estos debrayes y pues eso es lo shidito del internet: Compartir.
saludos!
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