Hormigas bajo el sol de mediodía. Eso somos. Es la Monclova que recuerdo, la chida. Nos sentamos en la sombrita, afuera del “Frogis”, una
cafetería que esta enfrente del CBTIS. Como yo salí de la prepa 24 hace
como un año, el CBTIS y su multitud estudiantil
me parecen medio fresones. No hay pedo; la tocada del día del estudiante está por
comenzar. Rolamos las botellas de toronja con mezcal, carcajeamos. Hace ya casi
cuatro años que se murió Cobain, pero
todos somos Gronchetos: Fabián y sus
pelos chinos, el Fer, Perikles, hasta Erick que por ese entonces mamaba al
Tupac. Díganme viejo de mierda, pero en ese entonces descubríamos bandas y canciones a diario, nuestros oídos
eran terreno virgen y fértil…
Fértil. Luna Fértil. Así se
llaman. Ray y yo los conocimos cuando eran los Cacahuates. EL hecho es que
tocan bien chingón. Sus rolas simplemente
rifan. Canciones originales, con garra y fuerza. Por eso aquí estamos,
colándonos entre la fila de morritas de
faldita y morrillos con uniforme. Lo
logramos, no sé cómo. Adentro de la prepa es como una Kermese; muchas niñas bonitas. En el escenario ya está La Luna Fértil afinando. Se me acerca
el Cacahuate, dando brinquitos al ritmo de “El esqueleto” de Las Victimas del Dr. Cerebro que suena en las
bocinas. Veo su playera con una enorme anarquía Roja, siempre se la he
envidiado.
-¡Que pedo cabrón!
-Nariz, todo tranquis. ¿Listo
pa´ tocar?
-No, ahora bajea el Yohuali,
un camarada de San Buena. Espérame wey, ahí vengo…
Y se va dando brinquitos hasta
el escenario, a ayudarle al grupo a acomodarse.
Se sube una señora y anuncia a
la banda. Volteo para los lados y ya es un buen de raza. Nos comenzamos a
amontonar alrededor del foro. Gritos y rechiflas. René, el vocal y guitarrista
suelta los primeros acordes. “viene el diablo…” chingale. Esa rola esta con
madre. Brincamos; es como un
precalentamiento. Nos apretujamos. El alcohol con toronja surte su efecto y
siento retumbar los tamborazos justo en el pecho. Sudamos expectantes bajo el sol de mediodía;
rebotamos en nuestras piernas; melenas casposas agitándose, puños levantados,
codazos y empujones…
¡NO ME IMPORTA NADA! NO ME
IMPORTA NADA!
Se arma el slam. Veo a un gordito güero totalmente en trance, brincando con los ojos cerrados justo en medio de la rueda. Tiempo después
sabré su nombre, Johaben.
En la bola hay una única vieja, de pelos rojos trasquilados. Es la
Eva, también la conoceré después.
Detrás del arcoíris te encuentro solo a ti… Sudor. El pelo se me
pega en la frente. Giramos en círculos
cuando la rola se acelera. El Cacahuate brinca desde el escenario. Por un rato me quedo como un bobo,
oyendo los riffs, y siento que todo
encaja a la perfección. “yo quiero ser
parte de eso…”, pienso. “Yo quiero tocar
así, estar ahí”. Un empujón me hace rodar por el cemento de la explanada. Alguien me extiende el brazo y me levanta. Es
el güero gordito, sudoroso y sonriente.
El slam nos unifica. Jadeamos,
sacamos la lengua. Para cuando empiezan
a tocar “Grita”, aquello es un desmadre. Acelere chingón. La morra de los pelos rojos se cae y la banda
le hace bolita. Pura botana. Nadie se libra de un raspón, o un codazo; nunca
propinado a la mala.
La Luna Fértil termina su set.
Todos gritamos el clásico “Otra, Otra…”. Se avientan “Cuanto tiempo”. Rolón.
Se sube la
señora y acapara el micrófono.
Ponen música de Fey. Lo que queda de las toronjas mezcaleadas ya está caliente,
así que nos retiramos.
Caminamos cansados bajo el sol
cabrón de media tarde, pero riéndonos y con la euforia apenas apaciguándose, con el recuerdo fresco
y los oídos aun zumbando y pensando, equivocadamente, que tendremos momentos
como este por siempre…
Pasaría el tiempo y la Luna Fértil (Con Rene
Corona en la voz y la guitarra, Yohuali en el bajo y Juan Ballesteros en la batería)
dejaría de tocar, lo cual es una lástima; como también lo es la ausencia de material
de ellos en internet. Y es que, en
un Pueblo donde casi ninguna banda se anima a hacer y tocar sus propias canciones,
es importante conservar el legado de las
bandas que si lo hacen; que las generaciones
por venir conozcan este precedente y con suerte, tal vez algún aventado
se anime a mostrar sus composiciones y ponga el siguiente tabique para afianzar
una verdadera escena rockeril monclovense. Cualquier cosa que eso signifique.