viernes, 5 de septiembre de 2014

R.I.P. Cerati

Nunca me termino de gustar Soda Estéreo. Me paso igual que con los primeros discos de  Caifanes. Me parecían aburridos, pretenciosos. Algo había en mi escueto sentido musical de niño de quinto de primaria que rechazaba el sonido pomposo, ochentero  y esa voz atascada de eco. No sonaban como los potentes y ponedores Credence, ni tenían la voz rasposa  y el boggie del Three Souls, ni sus letras parecían peligrosas como las del Tri, no hablaban de morir con las botas puestas como los Angeles del infierno y hasta el desmadrito de los hombres G  se me hacía más chido  que el cotorreo de los Soda Estéreo en aquellos ayeres.
Obviamente, conforme fue pasando el tiempo fui descubriendo cosas buenas de la agrupación argentina; brincaba como loco  y le daba rewind  al casete una y otra vez para escuchar todo el día “Música Ligera” -¿Quién no? Ese riff fue  un aviso del nuevo sonido noventero por venir- y en verdad me gusto “Ella uso mi cabeza como un revolver” o “Zoom”, pero fuera de eso, seguí sin interesarme mucho en el sonido de Cerati y compañía. E incluso aun cuando el Tako (bajista de Estorbo) insistía en la grandeza de Cerati y no paraba de alabar el “Bocanada” continúe sin darle una chanza a la música del pelos chinos. Cuestión de gustos, supongo.
Ayer, después de cuatro años de permanecer en estado de coma, falleció Gustavo Cerati.  Y en internet no tardaron en aparecer las loas y “las gracias totales” de una multitud que enaltece y llora la memoria del  ex líder de Soda Estéreo; vamos,  hasta Paty Chapoy twiteó  un “Descanse Paz Ricardo Cerarti”.
Sobra decir que la muerte  de un buen músico y compositor siempre es motivo de tristeza, pero sería un hipócrita si dijera que la música de este argentino me influenció o marco mi vida. No fue así.
Cosa curiosa: Apenas ayer, en la tarde nublada y disfrutando de una caguama con el Pakio, pude escuchar completa “La ciudad de la furia”  y me pareció cadenciosamente  excelsa. Es más justo ahora acabó de escuchar por primera vez “té para tres” y “Fue”  y me parecen muy buenos temas. Quien sabe, a lo mejor mi escueto sentido musical al fin está abierto y receptivo para la música de la Soda.


Descanse en Paz, Cerati. Así, sin nombre, para no regarla.


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